Según la revista Decanter, los cambios bruscos de temperatura que sufre la distribución del vino, particularmente en el caso de aquellos que se exportan de extremos países, puede ser medida ahora de una manera más sencilla.
Una empresa californiana está probando una nueva etiqueta que simplificaría aún más esta medición. Esta pequeña etiqueta está programada para reflejar una banda de temperaturas y se puede pegar en botellas o en cajas. Si un traslado se mantiene dentro de parámetros deseados, una luz parpadea de color verde. En cambio, si las temperaturas son demasiado altas o bajas titila de color amarillo.
Los registros de esta etiqueta pueden descargarse a una computadora, a fin de observar todas las temperaturas que sufrió el producto y en qué momentos. Su costo es de aproximadamente 20 dólares por caja para el etiquetado.
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